cada día algo

En mi anterior entrada «Llevar el mundo a cuestas» amenacé con seguir con el tema del Atlas memosine y la idea de portar, de hacer soportable el mundo. Tiro los dados y avanzo: 1. Conversaciones a cuestas. Cuando Gulliver visita la  Academia , uno de los profesores le explica su proyecto de supresión de las palabras. El habla desgasta los pulmones y para evitarlo propone comunicarse con objetos: para una conversación corta bastará con los que cada uno lleve en los bolsillos si bien, para asuntos más amplios, habrán de acudir con grandes fardos llenos de objetos o encontrarse en habitaciones llenas de cosas. Al principio  de  Los viajes de Gulliver  hay un grabado de Grandville que muestra a un atlante soportando la isla voladora. 2. Prescindible e imprescindible en los museos . Los museos se han convertido en grandes almacenes de obras. Un peso cada vez más difícil de soportar: es casi imposible mostrar todos los fondos de un museo. Para evitar la acumulación sin sentido, cómo en

No me había fijado en el Tao Te King hasta que un amigo me habló de él hace no mucho tiempo. Compré el librito y lo leí hace unos días una mañana de confinamiento. El hombre al nacer es blando y flexible, y al morir queda rígido y duro. Las plantas al nacer son tiernas y flexibles y al morir quedan duras y secas. Lo duro y lo rígido son propiedades de la muerte. Lo flexible y blando son propiedades de la vida. Por esto, la fortaleza de las armas es la causa de su derrota, y el árbol robusto es abatido. Lo duro y fuerte es inferior y lo blando y frágil es superior (Tao Te King, LXXVI) Uno de los conceptos recurrentes en este y otros capítulos es la flexibilidad, la adaptación, como valor frente a la rigidez, el dogma. Me ha recordado al humanista alcañizano Juan Lorenzo Palmireno, que adoptó el emblema latino “Flectimur non frangimur” (Nos doblamos, no nos rompemos), en relación a “las cañas” que es un probable significado de “Alcañiz” (Al Cannis), y q

No es necesario hablar de hasta donde ha llegado mi grado de descontentamiento hacia el mundo del diseño gráfico. Hace ya bastante tiempo me motivan mucho más otras actividades que trabajar delante de un ordenador. Recién llegado a Portugal, descubrí una serie documental en la televisión portuguesa protagonizada por varios personajes que en cada capítulo construyen un objeto cuyo denominador común es la madera. Relatada a un ritmo suave, los protagonistas describen cada paso de la construcción de su obra. Aquí se pueden ver varios capítulos: https://www.rtp.pt/play/p2786/e264339/madeira-prima

Todo un descubrimiento. Winkowski, en los pocos segundos que duran sus video-collages, nunca deja de sorprender. Poesía, color, humor, experimentación, sencillez, vitalidad...       https://shop.infiniteobjects.com/collections/erik-winkowski

Estos últimos días estoy rara. Se palpa la incertidumbre general, será eso. No sé cómo me siento, mi ánimo sube y baja sin que yo entienda nada. Psicólogos, sociólogos, filósofos estudian nuestras emociones buscando respuestas a la eterna pregunta. ¿cómo se consigue la felicidad?, ¿existe?. Ayer me entretuve mirando fotos. Hace cuatro años, en Sri Lanka recibí un regalo muy especial. Estaba lejos y Ana me mandó un dibujo de Alka. Yo cumplía 50 años, Alka tenía 7. Vuelvo a asombrarme, ella sabía lo que muchos andan buscando.  Puede que algunos hayan llegado a la misma conclusión, pero no creo que lo hayan sabido explicar mejor. Dice Víctor Hugo que “la melancolía es la felicidad de estar triste”. Alka va más lejos, de la forma más sencilla pone las cosas en su sitio, me hace reflexionar, alivia la carga, me relaja. Adjunto foto de la autora: Alka María Callizo Baquedano (mayo 2016).

Sabía que este título os motivaría. En publicidad un buen titular es el punto de enganche, un anzuelo. Una vez has atraido a tu audiencia ya puedes lograr lo que quieras, simplemente necesitas ser persuasivo y un gran comunicador. Todo este preámbulo es porque me gustaría que dedicarais 15 minutos de vuestra vida a escuchar una charla TED en inglés. En ella se habla del disco de Colonia de Keith Jarrett, de Bowie y de Brian Eno, también de la Comic Sans. Escuchadlo hasta el final porque quizá os haga reflexionar. En los últimos años me ha preocupado mucho el tema de la educación y de su relación con la creatividad. También algo muy relacionado, los procesos creativos. Me he dado cuenta de que admiro vuestros trabajos, también vuestra manera de contarlos en palabras, pero apenas conozco nada sobre cómo son esos procesos. Conocemos a la persona y el resultado final, pero nada sobre el largo (o no) camino de búsqueda intermedio. Quizá sea mejor no conocer los trucos de magia par

Leyendo la descripción que hace Ana de Total Recall, creo que todos hemos pensado en películas estos días.  Tal vez para refugiarnos en historias ajenas.  Ésto no puede estarme pasando a mí. Quedarte en casa, sentirte un personaje de El ángel exterminador. Los animales salvajes, como en el film de Buñuel,   invaden nuestro espacio.  La hierba crece entre los adoquines que nadie pisa. Todas las cosas surrealistas que ocurren ahora, no las habíamos vivido antes. Sólo las hemos visto en películas. Las grandes avenidas desiertas, el escenario ideal para filmar el final de una era. El pabellón 6 de IFEMA, donde todos los años se celebra ARCO, convertido en una gran y triste instalación. Insuperable por cualquier serie apocalíptica. De todas esas cosas, porque vivo en una calle habitualmente muy bulliciosa, me ha sobrecogido especialmente el silencio, que tapa todo lo terrible que hay detrás. El mutismo casi absoluto en la calle durante las primeras semanas del confinamiento. 

Una parte es visible y una parte se oculta. En ciertas películas de Mizoguchi hay elementos que se interponen a la mirada, como si la cámara no quisiera invadir la intimidad de la escena. Son a veces débiles biombos de papel, tan frágiles como la vida de sus personajes. Mizoguchi nació en Tokio en 1898 cuando el Japón aislado durante décadas se abría a al mundo occidental. Su cine reflejó esa transición pero, sobre todo, a la mujer de su país. Sus personajes principales son mujeres de vida resignada y doliente, siempre al borde del sacrificio. Algunas de ellas aceptan el papel sumiso que la sociedad les impone, otras se revelan ante su destino. Pienso que su puesta en escena, que muestra pero a la vez oculta, tiene que ver con la tradición estética japonesa en la que no todo tiene que estar completamente visible e iluminado. Las zonas de sombra eran importantes en los hogares de Japón. También los personajes son más verdaderos cuando hay una parte de ellos que desconocemo

Edgemar informa a Quaid, un obrero de la construcción (como los amigos de Chris Peterson en el imborrable capículo de Búscate la Vida) con fantasías de espionaje marciano, de que en realidad no está allí, que todo es un sueño. Un implante de recuerdos falsos que se ha salido de madre. Para asumir que todo está en su cabeza y despertarse, Quaid solo tendrá que hacer un gesto simbólico y tragarse una pastilla roja (todo ello utilizado posteriormente en matrix) que le saque de esa insensatez imposible de dobles identidades y conspiraciones planetarias, extraños mutantes parecidos a Pujol que pueden leer la mente, y máscaras que se vuelven locas en la aduana (me encanta esa escena)... Pero entonces, Edgemar hace algo nunca visto en un sueño... suda. La película es una paranoia de confusión entre lo real y lo intangible e imaginado. Está inspirada en un cuento de Philip K. Dick. “Podemos recordarlo todo por usted”. Un autor que explora los límites difusos entre la realidad y lo imagina