Flexibles

No me había fijado en el Tao Te King hasta que un amigo me habló de él hace no mucho tiempo. Compré el librito y lo leí hace unos días una mañana de confinamiento.

El hombre al nacer es blando y flexible,

y al morir queda rígido y duro.

Las plantas al nacer son tiernas y flexibles

y al morir quedan duras y secas.

Lo duro y lo rígido

son propiedades de la muerte.

Lo flexible y blando

son propiedades de la vida.

Por esto, la fortaleza de las armas

es la causa de su derrota,

y el árbol robusto es abatido.

Lo duro y fuerte es inferior

y lo blando y frágil es superior

(Tao Te King, LXXVI)

Uno de los conceptos recurrentes en este y otros capítulos es la flexibilidad, la adaptación, como valor frente a la rigidez, el dogma. Me ha recordado al humanista alcañizano Juan Lorenzo Palmireno, que adoptó el emblema latino “Flectimur non frangimur” (Nos doblamos, no nos rompemos), en relación a “las cañas” que es un probable significado de “Alcañiz” (Al Cannis), y que tiene un sentido muy similar al de este capítulo del Tao.

Luego he revisado algunas fotografías que hice en China y me he parado en unas imágenes de jubilados que practicaban caligrafía (Shufa) trazando sus textos en el suelo con un gran pincel mojado solo con agua. Pocas artes tan efímeras como esta, que resulta muy bonita de contemplar. Los textos se evaporan con el mismo ritmo pausado y preciso con el que el calígrafo continúa escribiendo perseguido por el secado que terminará por no dejar rastro de su trabajo, y sin embargo continúa concentrado en ejecutar cada trazo lo mejor que sabe.