cada día algo

Hoy he telefoneado a teresina y me ha salido un contestador así como en bielorruso, de modo que imagino que está de vacaciones santillana. Por eso, me adelanto en la lista CDA. De pequeño, y no tan pequeño, me imaginaba a mí mismo como violonchelista. Un tipo algo huraño y huidizo, pero genial en el dominio del instrumento. Alguien con un extraño magnetismo, así como salido de un anuncio de perfume. En fin, luego la realidad se abrió camino convirtiéndome en un zaragozano tonto normal. ... ¡Pero en justicia, ahora debería estar en la Ópera de Viena, cultivando el espíritu de unos cientos de melómanos enfebrecidos...! Y tras compartir estos sueños juveniles, os dejo este instructivo vídeo de cómo fabricar un violonchelo en fibra de carbono. Para hacer dúos con el maravilloso acordeón tuneado de Miguel Ángel.

Estimado Miguel Angel: He estado mirando detenidamente el método de trucaje de acordeones. Pero faltan pasos. ¿Tienes el teléfono del servicio técnico? No explican por ningún lado cómo se desactiva el componente melancólico del instrumento. Para poder escucharlo sin pensar en payasos tristes de circos antíguos, músicos rumanos callejeros, bares en callejones oscuros o películas de antihéroes en blanco y negro. Porque a mí también me encanta el sonido del acordeón y me gustaría, al despertar por las mañanas, antes de desayunar, sentarme en la cama y tocar la música de aquella película tan optimista.

Me he comprado una acordeón, de juguete. Bueno, yo no se tocar nada. Pero hace poco vi un cartel con una trobada de acordeon en zaragoza (os adjunto el enlace), y en la web explicaban como trucar un acordeon de juquete para que sonara como uno de verdad. Y de pronto me he sentido como un adolescente litronero que "truca" su moto para que haga más ruido y corra más. Me vuelve loco el sonido del acordeón. Bueno, no el de "los pajaritos", me gusta gente como Kepa Junkera. Y me gusta el sonido de los acordeones pequeñitos (diatónicos, trikititxa en vasco). Se que lo del acordeón suena como demasido tradicional y anacrónico pero Kepa es un genio, colabora en discos de músicos pop, jazz, flamenco... y da conciertos en todo el mundo. Para quien no lo conozca (se escucha su música a todas horas como fondo de programas de TV) entrar en su página y bucear un poco. www. kepa junkera.com

En Los cuatrocientos golpes , de Francois Truffaut, el niño Antoine Doinel roba de un cine una fotografía publicitaria de la película que están exhibiendo. Se trata de Un verano con Mónica . Creo que cuando, allá por 1953, Truffaut viera la película de Bergman a la que rinde homenaje en esa secuencia, sentiría el mismo impacto que todavía hoy sentimos al verla. Pocas películas hay tan dulces y amargas a la vez, que nos hagan sentir el verano como un territorio de libertad y plenitud, aunque la vida con toda su crueldad nos espere a la vuelta. No dejéis de verla, o de volver a verla.

Dibujo de E. Gorey Me gusta mucho la B. Es la mejor forma de viajar por la ciudad y por los alrededores de la ciudad. Aunque también me gusta viajar en T y mirar la ciudad por la ventanilla, pero viajar en T suele ir acompañado de una conversación irritante. En B también se pueden hacer distancias medias, por ejemplo: Teruel-Valencia, Nápoles-Roma, Zaragoza-Tortosa, Canfranc-Santiago, París-París. En muchos países viajan en B, aunque algunos la llaman de otra manera. Los franceses piensan que es más rápida si la llaman V. Eduard Gorey tiene un libro ilustrado que se llama «La B epiléptica» y uno de mis grupos favoritos (un poco yayos) le dedicó una canción a un famoso viaje en B. El vídeo del siguiente enlace es mejor pero no he podido colocarlo aquí http://www.youtube.com/watch?v=VPowpIRVOuY

Dos pequeños ejemplos de comunicación urbana. El primer caso emplea: la pegatina en papelera, contundente (Zaragoza-Clínico). La segunda utiliza una señal de prohibición, concretando su mensaje (Zaragoza-Centro). Abrazos a todossss Ricardo

Después de la magnífica sugerencia de Carlos Virtual propongo algo distinto, un corto de animación que seguramente más de uno lo habrá visto. El autor es un argentino que se hace llamar Santiago Grasso.

Ha llegado el tórrido verano y con él el sarpullido (a veces picajoso) de festivales de músicas de todo pelaje. Uno de los más clásicos del verano, el de Donosti, ahora llamado (Heineken) Jazzaldia, presenta el próximo día 24 el concierto de la big band de Carla Bley, compositora de " Escalator over the hill ", pianista, saxofonista y cantante. Hace unos meses una amiga invisible me regaló una magnífica selección de discos de jazz entre los que se encontraba el álbum "The Lost Chords find Paolo Fresu", donde la banda de Bley colabora con el trompetista sardo. El vídeo corresponde a una actuación de Bley y Fresu el año pasado en el Théâtre Antique de Vienne, cerca de Lyon. A ver si se os abre el apetito y os acercáis al Teatro Victoria Eugenia.