El arte portátil

En mi anterior entrada «Llevar el mundo a cuestas» amenacé con seguir con el tema del Atlas memosine y la idea de portar, de hacer soportable el mundo. Tiro los dados y avanzo:

1. Conversaciones a cuestas. Cuando Gulliver visita la Academia, uno de los profesores le explica su proyecto de supresión de las palabras. El habla desgasta los pulmones y para evitarlo propone comunicarse con objetos: para una conversación corta bastará con los que cada uno lleve en los bolsillos si bien, para asuntos más amplios, habrán de acudir con grandes fardos llenos de objetos o encontrarse en habitaciones llenas de cosas.
Al principio  de Los viajes de Gulliver hay un grabado de Grandville que muestra a un atlante soportando la isla voladora.

2. Prescindible e imprescindible en los museos. Los museos se han convertido en grandes almacenes de obras. Un peso cada vez más difícil de soportar: es casi imposible mostrar todos los fondos de un museo. Para evitar la acumulación sin sentido, cómo en el Atlas de la memoria, muchos museos organizan temporalmente sus colecciones alrededor de un discurso, de una narrativa.

Pero si es imposible mostrar todo, más complicado es ver todo lo expuesto, por ejemplo las 35.000 obras del Louvre. Una solución es hacer una visita a la carrera (Visite du Louvre, Bande à part, 1964). O una visita resumida (Los imprescindibles Del Prado).

En1882, el fotógrafo Laurent redujo el peso del Museo del Prado y metió la Galería Central en una caja: el Grafoscopio.

3. Un museo en una maleta*. Marcel Duchamp, el artista indolente, hizo en 1941 una exposición portable en una maleta: la boîte en Valise incluye 68 reproducciones de sus obras,  algunas de ellas muy conocidas como Desnudo bajando la escalera, Air de Paris,  La fuente…




«Gracias a mi suerte he podido pasar a través de las gotas. 
En un cierto momento comprendí que no debía cargarse a la vida con demasiado peso». 

La obra de Ducamp y su actitud ante la vida inspiro un precioso libro de Vila-Matas.

4. El museo circulante. En 1931 un grupo de maestros, profesores, estudiantes y artistas se embarcaron en el proyecto de llevar la cultura por los pueblos de España: Luis Cernuda, María Moliner, Juan Vicens, Maruja Mallo, Ramón Gaya, Federico García Lorca, Eduardo Ugarte, Miguel Prieto, Rafael Dieste… Con las Misiones Pedagógicas viajaba el cine, la música, los libros, el teatro, guiñoles… y un Museo Circulante con reproducciones a tamaño original de grandes obras de la pintura.



5. El museo imaginario. Walter Benjamin publicó en 1935 La obra de arte en la época de la reproducción mecánica. Benjamin escribe que en las obras de arte hay una tensión entre su dimensión cultural y su visibilidad:«a medida que las distintas prácticas artísticas se emancipan del ritual, su potencial visibilidad aumenta». La reproducción mecánica hace también las obras más visibles, pero las aleja de su dimensión cultural, de su «aura».

Unos años después Malraux escribió un libro (que no he leído) con un título sugerente: El museo imaginario. Malraux señala que, actualmente, gracias a la «reproducción mecánica», cualquiera de nosotros dispone en su casa de un enorme número de obras (una postal con un sarcófago etrusco, una viñeta de Little Nemo, una serie de grabados de Goya...), una colección tan extensa y dispar que envidiaría cualquier museo.

6. Desordenar y reordenar el mundo
. Atlas desafió a los dioses y fue condenado a soportar en sus espaldas el mundo. El castigo que se infringió a su hermano Prometeo fue también terrible: un águila devoraría su hígado cada día y cada día su hígado se regeneraría y volvería a ser devorado.

Durante más de 30 años Hant trabajo en una trituradora de papel, desmenuzando envases, periódicos, libros, catálogos… de manera minuciosa. Con lo destruido Hant formaba balas de papel que decoraba en su exterior con los mejores versos de Shiller, una selecion del Elogio de la Locura, o las láminas más bellas de un libro de arte. Recomponía el mundo hecho añicos.**


*Alberto Salas se me adelantó en sus comentarios! Pude ver una de esas maletas en una exposición inolvidable en la Fundación Juan March

**B. Hrabal: Una soledad demasiado ruidosa

Comentarios

  1. Discupad este rollo patatero. Mi próxima entrega será la última de está parrafada:
    «7. Inventariar el mundo». 

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  2. Estoy por regalarte un juego de varias, o mejor más de más que varias maletas, bien bonitas, para que metas algo de tu museo mundo personal y nos las vayamos pasando. Chapeau, maestro!!!

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  3. Maravilloso, sigue así.
    Me viene a la mente la cita de Lao-Tse: las palabras se hicieron para explicar las ideas, cuando estas se entienden las palabras se olvidan, quiero hablar con ese hombre que las ha olvidado.

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  4. que buen post Fernando. Creo que lo debes desarrollar!! El arte portatil también como carga.
    Llevar la casa a cuestas.
    https://www.flickr.com/photos/kartojac/268629553/in/dateposted/

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