Escribir (en los) libros

Para los niños, dibujar y escribir en los libros o cuentos es algo natural. Cada espacio en blanco es una invitación a participar, a dejar su marca y completar lo que falta. Pronto se nos dice: "eso no se hace", y ahí empieza la distancia entre la obra y el lector. El libro adquiere el valor de lo sagrado, y por lo tanto es una obra cerrada y que no se debe "manchar". Así, el autor asume todo el papel activo, y el lector, reclinado en un sofá, va pasando las páginas una tras otra.

¿Siempre es así? Bueno, leyendo el libro "Curso de literatura europea" de Nabokov, veo con alegría infantil que el autor ruso llenaba los ejemplares de su biblioteca con notas, dibujos, marcas, tachaduras, diagramas... Su necesidad obsesiva de completar el significado de cada obra le llevaba a añadir sobre las páginas una nueva capa con abundantes anotaciones y dibujos. Así, el libro cae de su altar y se contamina en ese diálogo con el lector, que ha pasado a ser algo más que eso.

Primera página del libro "Ulises" (J. Joyce) anotado por Nabokov para sus clases


Ni respeto ni cortesía

Ejemplar de Madame Bovary. Biblioteca personal de Nabokov

¿Hay algo más ecológico que utilizar las páginas de respeto de un libro para llenarlas de anotaciones? ¿Y más práctico si, pasado un tiempo, quieres recuperarlas? Los libros así intervenidos pasan a ser otros, devienen otra cosa, y forman una obra única, fruto de la colaboración entre el autor y el lector.


Mapas, planos, itinerarios

Uno de los recursos que más usa Nabokov es el dibujo de los planos urbanos donde transcurre la acción. Ahí marca en ocasiones los itinerarios de los personajes, como si quisiera desentrañar un misterio oculto entre líneas, un mensaje cifrado bajo la ruta del paseante. Otras veces dibuja el edificio en que habitan, como una suerte de 13 Rue del Percebe. Ir o estar. Ocupar el espacio de las páginas, o del mundo.



En otros casos, la página de respeto parece el cuaderno de campo de algún naturalista kafkiano.


O bien un manual de moda y complementos. Dibujar para comprender, para hacer el mundo más accesible, o tal vez para sobrevivir a él.

Ejemplar de Madame Bovary con un dibujo de la gorra de Charles.

¿No te gusta la portada? Tengo otra

Al parecer, a Nabokov no le gustaban las portadas con ilustraciones demasiado explícitas. Eso le pasó, por ejemplo, con su edición de "Dr. Jekyll y Mr. Hyde", hasta el punto de crear su propio diseño. Os dejo con el pasaje que me ha hecho sospechar esta opinión negativa:

"Antes que nada: si tenéis la misma edición de bolsillo que yo, tapad la monstruosa, abominable, atroz, criminal, inmunda, vil y depravada sobrecubierta que más bien parece una camisa de fuerza".

Sobrecubierta para Jekyll y Hyde  ¿mejorada? por el propio Nabokov. Me quedo con ganas de ver la original

Comentarios

  1. Parece que esa traducción de la Metamorfosis al inglés tampoco le gustaba mucho.

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  2. Genial Alberto. Hay algo de palimpsesto en un libro re-escrito.
    La portada es muy sugerente: aunque no recuerdo que montara en bicicleta, quizá era la bicicleta y no la química la que convertía a Jeckill en Hyde. Pedalear te hace un depravado

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    1. Lo de la bicicleta es un misterio, sí. Tal vez como a Nabokov no le gustaban las ilustraciones explícitas o literales hizo una que no tuviera NADA que ver...

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