Retrato
Cuando
uno quiere hacer un retrato de alguien a quien conoce bien, tiene que
olvidar y olvidar hasta que se sorprende. De hecho, en el corazón de
cualquier retrato vivo, aparece registrada una sorpresa absoluta rodeada
de una gran intimidad. Sin duda se me entenderá mal, pero me voy a
arriesgar a decirlo: hacer un retrato es semejante a follar.
John
Berger, “Jean Mohr: Boceto para un retrato” (publicado en 1999), en
Para entender la fotografía (textos de John Berger, edición e
introducción de Geoff Dyer, Ed. Gustavo Gili, 2015)
Me acordé de tus autorretratos. Entonces eso es onanismo, Javier :)
ResponderEliminarRembrant es toda una lección de onanismo
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarRecuerdo que en la Escuela de Artes un ejercicio consistía en hacer un retrato del natural a algún otro compañero, y como Fernando hacía bien de pirolas se acabó haciendo un autorretrato. Bien guapo salió.
ResponderEliminarLa ventaja de los retratos o autorretratos pictóricos es que raramente sales con los ojos cerrados.