La farsa
Tras conocer la sentencia del "supremo", que invalida a Baltasar Garzón por 11 años, me quedo sin palabras.
Le dejo el turno a Luis
La farsa
Son malos tiempos para la justicia.
Vengan a ver la farsa,
el decorado roto, la peluca mal puesta,
palabras de cartón y pantomima.
Son malos años para la justicia.
Como el mar no es azul,
los barcos equivocan la cuenta de sus olas.
Como el dinero es negro,
la moneda menguante de la luna
ha pagado el recibo de la noche.
Son malos meses para la justicia.
Se citaron el crimen y el silencio,
no descansan en paz los perseguidos,
el ladrón y el avaro se reúnen
y la ley no responde a la pregunta
de la bolsa o la vida.
Son malos días para la justicia.
Más de cinco millones de recuerdos
naufragan con sus nombres en la cola del paro.
Los vivos han perdido la memoria
y los muertos no tienen donde caerse muertos.
Son malas horas para la justicia.
La política sueña
una constitución en la que refugiarse.
Los periódicos piden
una buena noticia que llevarse a la boca.
El poeta no encuentra
las palabras que quiere para decir la verdad,
reparación, historia,
porque son malos tiempos,
porque los tribunales
se han sentado a cenar en la mesa del rico.
Vengan aquí y observen,
es el tinglado de la nueva farsa,
la toga sucia y el culpable limpio.
Luis Garcia Montero
Le dejo el turno a Luis
La farsa
Son malos tiempos para la justicia.
Vengan a ver la farsa,
el decorado roto, la peluca mal puesta,
palabras de cartón y pantomima.
Son malos años para la justicia.
Como el mar no es azul,
los barcos equivocan la cuenta de sus olas.
Como el dinero es negro,
la moneda menguante de la luna
ha pagado el recibo de la noche.
Son malos meses para la justicia.
Se citaron el crimen y el silencio,
no descansan en paz los perseguidos,
el ladrón y el avaro se reúnen
y la ley no responde a la pregunta
de la bolsa o la vida.
Son malos días para la justicia.
Más de cinco millones de recuerdos
naufragan con sus nombres en la cola del paro.
Los vivos han perdido la memoria
y los muertos no tienen donde caerse muertos.
Son malas horas para la justicia.
La política sueña
una constitución en la que refugiarse.
Los periódicos piden
una buena noticia que llevarse a la boca.
El poeta no encuentra
las palabras que quiere para decir la verdad,
reparación, historia,
porque son malos tiempos,
porque los tribunales
se han sentado a cenar en la mesa del rico.
Vengan aquí y observen,
es el tinglado de la nueva farsa,
la toga sucia y el culpable limpio.
Luis Garcia Montero
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarno nos extrañemos de nada cuando la justicia empieza con una democracia en la que una escasa tercera parte de la población tiene licencia para dominar a la mayoría, una tercera parte que está satisfecha con el acontecimiento, no lo olvidemos. y ha quedado claro que la «independencia» del poder judicial significa defender al estado y las instituciones, protegerlos de toda sospecha de corrupción. garzón no tuvo problema hasta que se metió con las intocables «instituciones democráticas» protegidas por ese tribunal supremo que representa el llamado «estado de derecho».
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