desde el otro lado
Empezaba a agobiarme. Nueva York no deja de ser una gran ciudad. Tiendas, turistas, taxis amarillos, y comida rapida.
Una vez que has visto un rascacielos los has visto todos. una vez que ves una escalera de incendios en la fachada, las has visto todas. Y ni me entusiasmaban los unos ni las otras.
Pero sales de Manhattan, por el puente de Brooklyn, y la ves enfrente, cuando la luz de sol se va y hace un frio que te mueres, y viene a tu mente alguna musica de Gershwin. Y dices, me encantaria vivir aqui.
Al dia siguiente me vuelvo a agobiar.
Todavía no he viajado a Nueva York pero a menudo fantaseo con ir a Brooklyn en lugar de a Manhattan. Imagino un barrio de aluvión construido por inmigrantes de toda calaña. Henry Miller cuenta multitud de historias de su niñez y juventud a caballo de los siglos XIX y XX (creo que sobre todo en Sexus). Por sus viviendas baratas han pasado muchos jóvenes que luego se han convertido en escritores, cineastas, músicos, pintores. (Véase el libro "Eramos unos niños", de Patti Smith, donde cuenta su llegada a Nueva York y su relación con Robert Mapplethorpe.) Paul Auster escribió los guiones de "Smooke" y su secuela "Blue in the face". Una historia coral en la que el barrio es el nexo de unión entre los personajes, que se reunen en el estanco de Auggie (interpretado por Harvey Keitel). Pero quizá la imagen de Brooklyn más evocadora (Gershwin y Allen fuera de concurso) sea la de Lou Reed.
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