Algo de primavera con sabor local

La semana próxima se repetirá la tradición de tocar el tambor y el bombo en el Bajo Aragón. Desde pequeño no recuerdo una semana santa sin participar en las tamborradas procesionales o espontaneas de Alcañiz. Vestirse de azul celeste satinado de la cabeza a los pies, colgarse un tambor y baquetearlo constantemente durante horas junto a casi dos mil personas vestidas igual y haciendo lo mismo, aunque con ritmo desordenado y actitud anárquica (en Alcañiz no se toca el bombo, lo que hace que cada cual vaya por su lado, una metáfora deliciosa de la forma de ser del lugar), parece extraño, bizarro. Pero la excentricidad forma parte del atractivo de participar, y lo primitivo, y lo atávico.

Existen muchas publicaciones sobre esta tradición. Una relativamente reciente, 2002, es el libro ilustrado Entre tambores, coordinado por Pedro Rújula. Un cuidado recorrido por los pueblos de la Ruta, muy agradable de pasear con la mirada gracias al trabajo de Fernando Lasheras y las fotografías de Peña Verón. Esta mañana he recuperado otro más antiguo y raro de conocer. Se trata de lA semAnA sAntA del bAjo ArAgón. AntologíA, publicada en el año 1984 por el CESBA (Centro de Estudios Bajoaragoneses), una edición de carácter local agotada hace mucho. Probablemente la necesidad de ahorro económico ayudó a la virtud de un diseño más que austero y en absoluto descuidado, de la mano de Joaquín Escuder y Enrique Trullenque.

Joaquín es pintor y profesor en la Facultad de Bellas Artes en Teruel, y ocasionalmente ha realizado con mucho acierto proyectos de diseño editorial y de identidad gráfica, como el logotipo del Instituto de Estudios Humanísticos o el originario de la Ciudad del Motor, recientemente sustituido por otro con el nombre de Motorland (sin comentarios).

Enrique también fue pintor reconocido y ahijado de Pablo Serrano. Su muerte prematura dejó a Alcañiz huérfana de su ambición, instinto e iniciativa, y a sus amigos de su irrepetible carácter y humanidad. La cubierta de la AntologíA es una simple cartulina de color azul impresa en negro, y el interior también está impreso en negro sobre papel común de edición, con ilustraciones de Joaquín y Enrique y algunas fotos quemadas en la fotocopiadora que se reproducen sin trama.