El hombre que sólo comía zanahorias ya no podía ni de noche cerrarse los ojos y eran dos faros abiertos para nada y no sabía sino mirar, mirar el hombre que sólo comía zanahorias. El hombre que sólo comía zanahorias vagaba por los campos, en lucha con conejos, en pos de sus malditas zanahorias. El hombre que sólo comía zanahorias tenía miedo a tanta luz, a tanto sol que quema, y destapa y desnuda, y acosa en medio del campo de las zanahorias, y vivía pues en madriguera oscura y breve, saliendo sólo de vez en cuando para buscar sus zanahorias. El hombre que sólo comía zanahorias era capaz de matar, y de robar, y cuentan que se deshizo de su mujer por una sola zanahoria. El hombre que sólo comía zanahorias salía a la tarde, que es la hora de las zanahorias y de noche, y de día, y al crepúsculo oía gritar llamándole a las zanahorias. El hombre que sólo comía zanahorias tenía el pelo rojo y largos colmillos para partir mejor las zanahorias y las piernas largas para correr mejor, porque ten...