cada día algo

En 2013 inicié el proyecto de un taller de animación que tuvo su primera edición en el instituto Los Enlaces, en Zaragoza. Empezamos casi de cero, los alumnos desconocían la animación frame a frame y su comprensión se limitaba a los automatismos, es decir, acciones a través de un ordenador: mueve esto o cambia aquello. Pero hay que trabajar en una empatía del animador hacia su objeto animado, como un titiritero, imaginar la secuencia y la escena, ensayar movimientos y encuadres, utilizar el propio cuerpo... todo muy cinematográfico. Curiosamente algunos consideraban «viejuna» la animación experimental, anticuada, pero les apetecía mucho hacer algo experimental, que por supuesto es mucho más divertido y liberador. Teniendo en cuenta, además, lo complejo de elaborar un guión, pasamos directamente a la práctica, a los trucos, herramientas y técnicas. Así que los alumnos se saltaron guiones narrativos y se pusieron a hacer, a experimentar, a probar. En esto de la animación el tiempo vuel